Eva Rodríguez Renom
El Amor
- ¿Entonces qué haremos?
- El Amor.
- ¿Seguro?
- Sí.
- Bien, me voy desnudando.
- ¿Y para qué te estás quitando la ropa?
- Pues para hacerlo.
- ¿Quién te dijo que tienes que desnudarte para hacer el Amor?
- Pues que yo sepa así se hace.
- No, esa no es la única forma de hacer el Amor.
- ¿Y cómo entonces?
- Sólo déjate puesta la ropa y conversemos hasta cansarnos, riámonos por nada y por todo, mirémonos despacito hasta intentar descifrarnos.
Conmigo no necesitas desnudarte de cuerpo, sino de alma, sólo mirémonos hasta quedarnos sin palabras, y allí, en ese instante en que las palabras sean insuficientes para explicar lo que sentimos, en ese silencio infinito al fin podremos tocarnos. ¿Comprendes?
- ¿Tocarnos?
- Sí, tocarnos con la dócil ternura de una caricia que se expanda dulcemente hasta morir en un abrazo.
- Ay, qué bonito.
- Mira, ¿me dejas sostener tu mano?
- Sí.
- ¿Sientes? esa es una de las formas de hacer el amor.
De eso se trata.
Tú sólo déjate puesta la ropa y hablemos hasta cansarnos, sólo mirémonos la boca, las pestañas, los labios por un rato y si el beso es necesario vendrá sin pedir permiso.
Hablemos hasta saber todas nuestras memorias, hasta saber nuestros más hondos secretos, tan sólo déjame mirarte hasta el deleite más extremo y exquisito, déjame verte el alma hasta el cansancio, hasta que estos ojos se rindan y me obliguen a bajar los párpados incitándome a dormir.
- ¿Y vas a forzarlos a permanecer abiertos?
- Sí, para mirarte toda la noche...
Solamente a ti.
Joseph Kapone
