Ahora más que nunca cultiva la paciencia, pero, sobre todo, ten paciencia contigo mismo.
La paciencia se ha de ejercitar un poco cada dÃa como la sabidurÃa. Pensemos en los rÃos, no tienen prisa, saben que tarde o temprano llegarán a su destino.
Sé paciente como el árbol de raÃz amarga, pero que produce frutos bien dulces.