top of page
Terapias combinadas para una Vida Plena
Buscar
  • Foto del escritor: Eva Rodríguez Renom
    Eva Rodríguez Renom

El sufrimiento viene dado muchas veces por recuerdos traumáticos e insoportables. Cada nueva experiencia o acontecimiento vivido está contaminado por el pasado.


No podemos cambiar lo que sucedió, pero sí podemos crear espacios emocionales seguros desde los que enfrentar esos recuerdos y romper el ciclo de repetición.


El primer paso hacia una vida más plena y segura es aprender a identificar, sentir y nombrar lo que ocurre en nuestro interior. Reconocer nuestras emociones y ponerles palabras es un acto profundo de autocomprensión.


Otro paso crucial es integrar el cuerpo en el proceso terapéutico. Es necesario enseñarle a nuestro organismo que aquello que nos hirió, ya pertenece al pasado. A través de un trabajo consciente y sereno con los pensamientos, emociones y sensaciones corporales, es posible desactivar las respuestas automáticas que quedaron grabadas en nuestro cerebro emocional.


El cuerpo no olvida


La autoconciencia física sirve para liberarnos de la tiranía del pasado
¿Qué dice tu cuerpo?

¿Cuántas veces recurrimos a la mente para ocultar lo que nos sucede? Sin embargo, lo que intentamos reprimir se manifiesta en el cuerpo, que recuerda y expresa lo que aún no hemos resuelto. ¿Qué dice tu cuerpo?


El consumo elevado de medicamentos, el mal uso y abuso de las drogas, comportamientos autolesivos y el exceso de carga laboral ocultan temporalmente las sensaciones y los sentimientos insoportables, pero nuestro cuerpo tiene memoria y sigue llevando la cuenta.


El proceso terapéutico es verdaderamente transformador cuando logramos liberarnos del pasado, no mientras seguimos atrapados en él. Cerrarse al dolor implica también cerrarse a las fuentes de placer y de alegría vital.


Vivir en el presente


Debemos aprender a habitar el presente. Observar y tolerar nuestras reacciones físicas nos permite revisar el pasado de manera segura. La capacidad de sentirnos seguras en compañía de otras personas es esencial para construir una vida plena y con sentido.


En este camino, la autoconciencia corporal es una herramienta poderosa. Nos ayuda a liberarnos de la tiranía del pasado y a mirar nuestro cuerpo con curiosidad y aceptación, en lugar de con miedo.


Este es el camino para volver a ser dueñas de nuestra vida, con autenticidad y libertad.

  • Foto del escritor: Fabián Ortiz
    Fabián Ortiz

¿Por qué cuerpas, así, en femenino?


En el ámbito del feminismo, la palabra cuerpas se utiliza para referirse a los cuerpos de las mujeres, en un movimiento que apunta a poner de relieve la autonomía, el reconocimiento y la celebración de la diversidad de estos cuerpos. No es simplemente una referencia al cuerpo como objeto, sino una invitación a la reflexión crítica sobre la cultura del cuerpo y su impacto en las mujeres.


Y como este artículo va sobre los cuerpos de las mujeres, pues entonces hablaremos de cuerpas.


Maniquí de cuerpo femenino
Las cuerpas femeninas no aspiran a ser los cuerpos normativos

«Ahora lo que se lleva es el estilo de vida saludable, el pilates, el healthy lifestyle, y está muy bien, pero también te hace sentir que si no estás en esa onda, estás haciendo algo mal. En mi grupo de amigas —somos doce chicas— hablamos mucho de esto. Nos decimos: “Sé que no debería sentirme así, sé que todo está bien, pero me da igual, me siento mal”. Y eso también es duro». Lo decía este domingo 1 de junio la joven actriz Nicole Wallace, en una entrevista para el diario La Vanguardia. La entrevista tenía lugar a propósito de un posado de Wallace para poner su cuerpa al servicio de mostrar trajes de baño.


El párrafo resume con precisión lo que mujeres y hombres, pero sobre todo ellas, sufren diaria y progresivamente como presión social que se convierte en presión interna, subjetiva: convencerse de que lo que viene señalado desde afuera como mandato sobre sus cuerpas —tienes que ir al gimnasio, comer sano, etc.— es, en realidad, su propio deseo. O, como me decía la semana pasada una persona a la que atiendo: «Pago el gimnasio y no voy, y porque lo pago al menos me siento menos culpable».


Las cuerpas femeninas no aspiran a ser los cuerpos normativos, los que propone y luego impone el heteropatriarcado, sino escenarios de diversidad y singularidad. Las cuerpas femeninas huyen del estereotipo sociocultural, de los anuncios de tampones y compresas donde el flujo vaginal o la regla son vergüenzas que deben ocultarse, del binarismo que conduce a señalar como marimacho, bollo o camionera a quien decide no depilarse, no teñirse, no maquillarse como una chica o vestirse como le da la gana, porque no comulgan con las tecnologías de género, del machismo que señala la disidencia femenina como mera reacción histérica, patologizando la diferencia, señalando cualquier malhumor como el efecto de la malfollada...; las cuerpas persiguen el ideal (como horizonte hacia el cual dirigirse, como utopía movilizadora deseante) de descolonizar esos territorios que tradicional e históricamente han sido apropiación indebida de los hombres.


Tal vez tú también estés colonizada y creas que deseas eso que te impone el heteropatriarcado. Tu grupo de amigas posee su influencia sobre el asunto. ¿Te atreves a proponer hablar del tema en la próxima reunión con ellas? ¿O también te han colonizado el uso de la palabra?

  • Foto del escritor: Eva Rodríguez Renom
    Eva Rodríguez Renom

Vivir, como bien sabemos, es una tarea para la que no venimos con un manual de instrucciones. No sé qué hacer con mi vida es una frase que escuchamos con frecuencia en consulta. No hay una solución rápida ni una respuesta única. Cada caso es distinto y merece una atención particular.


Entre las razones y los síntomas más habituales que escuchamos los terapeutas cuando alguien está inmerso en una crisis existencial destacamos los siguientes:

  • Estoy cansado de vivir en piloto automático o como si fuese un hámster dentro de la jaula, girando sin parar.

  • No sé qué carrera escoger o qué hacer cuando termine la que estoy cursando.

  • No sé si aceptar ese trabajo o seguir con el que tengo.

  • Llevo diez años dedicándome a algo que no me gusta.

  • No sé qué hacer profesionalmente para que realmente me llene.

  • Me siento perdido, triste y vacío, sin razón aparente.

  • No hay nada que me haga ilusión.

  • Necesito un cambio, pero no sé por dónde empezar.

  • Cada vez más a menudo siento frustración y estoy muy irascible.

  • No entiendo por qué sigo con mi pareja.


Lo interesante, sin embargo, es que cuando te planteas que no sabes qué hacer con tu vida, aunque esto se presente de la mano de un malestar difícil de soportar, es significativamente bueno. Supone un paso valiente darle un sentido, un significado y un propósito a tu existencia.

Ese cuestionamiento interno, aunque incómodo, pone en marcha un movimiento. Algo comienza a agitarse dentro de ti, incluso si no tienes claro cómo actuar. Lo cierto es que muchas veces no podemos hacerlo solos. Necesitamos ayuda para zarpar hacia un nuevo rumbo vital. Ese acompañamiento —ya sea en forma de terapia, orientación o guía— puede ayudarte a comenzar a preguntarte: ¿cómo pienso?, ¿qué hago?, ¿por qué lo hago?, ¿para qué?, ¿qué me aporta o qué me resta?


En ese proceso emergen tus creencias, tu ideología, las limitaciones que das por sentadas, las frases aprendidas que repites casi sin darte cuenta. También aparecen tus malestares, las heridas que aún no han sanado, los miedos y preocupaciones que te paralizan, y esas relaciones —familiares o personales— que tanto daño te hacen.


El origen de esta confusión vital suele ser profundo y complejo. Has vivido durante mucho tiempo en modo automático, perdiendo el contacto con tu auténtico yo y con tus verdaderos deseos, que han quedado sepultados bajo una montaña de ideas sobre quién deberías ser y qué deberías querer.


Si algo de lo que has leído resuena contigo, te animo a que te tomes en serio el desafío de descubrir qué hacer con tu vida. No será mágico ni inmediato. Es un proceso, a veces largo y emocionalmente intenso, como una montaña rusa. Pero vale la pena intentarlo. Al menos, empieza a plantearte la posibilidad de vivir de una manera distinta. ¿No crees?

No sé qué hacer con mi vida
No sé qué hacer con mi vida





Suscríbete a nuestro blog

¡Gracias!

  • Youtube
  • Whatsapp
  • Icono negro LinkedIn
  • Instagram

             Psicoterapeutas | Psicoanalistas | Terapeutas integrales

  Psicóloga en Barcelona 

© 2025  Vida Plena |

bottom of page