Este lunes, 5 de mayo de 2025, Vida Plena crece y se expande para brindar un mejor servicio a las personas que nos consultan. Un nuevo espacio multiusos, que puede servir como escenario de sesiones de psicoterapia y Leibterapia, y también acoger grupos de meditación zen, viene a sumarse a las dos consultas ya existentes desde el año 2018.
Se trata de un espacio amplio y luminoso, de unos 50 metros cuadrados, cálido y acogedor, para que las personas que confían en nosotras se sientan aún más cómodas durante sus visitas.
Este nuevo recinto, además de acoger sesiones individuales o de pareja de quienes solicitan psicoterapia o psicoanálisis, recibirá a quienes forman parte de los grupos de meditación zen. En la actualidad, se trata del grupo que coordina Eva Rodríguez Renom, y que tiene lugar los jueves de 8:00 a 9:00.
Sala de meditación
Una vista del nuevo espacio multiusos de Vida Plena.
Practicar za-zen es vivir la experiencia. Za significa sentarse y Zen meditación, concentración. Si se ejercita diariamente, es muy eficaz para liberar al espíritu de las cadenas repetitivas de nuestro ego y para el desarrollo de la intuición.
Zen es muy simple y a la vez muy difícil de comprender y practicar. Sólo es necesario sentarse y experimentar, estar en el aquí y ahora. Estar presentesen nuestro cuerpo y espíritu, el cuerpo para asentarnos y arraigarnos en la Tierra, proyectados en vertical hacia el Cielo, mientras el espíritu se acalla y nos permite estar en nuestro centro. Se requiere práctica, práctica y práctica. No hay nada que obtener, no hay nada que buscar. Es estar presente en cada cosa que realizamos: cerrar una puerta, colocar un objeto, comer, conducir, caminar, escuchar, hablar, estar de pie, estar tumbado, sentado...
Aquí y ahora es estar en lo que hacemos. Cuando tenemos que pensar, pensamos, pero desde el momento presente. Podemos planear, por supuesto, como también escribir pensando en el pasado, pero hemos de estar presentes enteramente en lo que hacemos.
Practicar za-zen
La vida actual está repleta de ruidos. El Zen es una vía de regreso al silencio. A partir del silencio, y desde ahí, hablar. A partir de ahí, ser capaces de transmitir la palabra justa.
Prueba a estar en silencio. No es fácil y requiere de práctica. Estar en silencio, en calma y quietud mental, ayuda a que tanto la soledad como los pensamientos limitantes se desvanezcan. Estar en silencio y en quietud es una de las acciones más potentes que podemos hacer. Atrévete a experimentarlo.
Practicar za-zen es una actitud. Es vivir, estar y ser en cada instante de la vida cotidiana.
La meditación es una infinidad de cosas, y cuesta explicar con palabras muchas de ellas. La experiencia de meditar es abrir, sentir, vivir y transitar un camino que puede llevar a la transformación personal.
Meditar es permitir estar en el momento presente, sin intentar resolver aquello que por ahora no es necesario ocuparse. Es permitir que aflore lo que tenga que aflorar.
Meditar es aprender a relacionarnos de una manera más apropiada con todo lo que surge en nuestra mente, que, al igual que el agua de un río, no cesa de fluir. La meditación nos muestra que es posible parar y recuperar el contacto con nosotros mismos.
Meditar es una práctica que implica vivir plenamente. Nos pone cara a cara con nuestra verdadera naturaleza. Nos lleva al auto-descubrimiento de lo que realmente somos. Nos trae a lo inmediato, a vivir lo que sentimos, a lo que acontezca.
La experiencia de meditar
Haz la prueba: siéntate a meditar y observa cómo estás. Sin juicio, sólo observa y déjate respirar. Cuando inspires, ábrete a la experiencia, a sentir, a recibir lo que eres. Cuando espires, suelta, vacía, es el momento de dar, de aprender a desprenderte.
La respiración nos acompaña desde que nacemos hasta el final de nuestra vida. La respiración llega y se va, nos usa, nos moldea, nos acompaña. La respiración se adapta a nuestras necesidades y a nuestro estado interno. Si hay desconfianza o un exceso de control, se mostrarán en nuestra respiración. Observa y déjate respirar sin pausas. Inspira y espira sin cambiar nada. Tú eres esa respiración que viene y va, que sube y baja, sin cesar.
En la meditación no se trata de hacerlo bien o mal, sino de que te sientes y te observes. Se trata de que contemples los pensamientos, las emociones que hablan y arrastran, pero sin implicarte ni tampoco que los alimentes. Es dejar que las cosas vengan y dejar que las cosas se vayan.
Cuando te sientes practica el gesto de simplificar. Simplificar nos hace libres. Simplificar para limpiar. Clarificar para que aparezca lo que somos y no lo que tenemos. La simplicidad nos invita a despojarnos de lo accesorio y a descubrir nuestra esencia. Si estamos preocupados por una sola hoja no veremos el árbol.