top of page
Terapias combinadas para una Vida Plena
Buscar

-No usar mentiras.


-Si no se sabe cómo explicar algo, confesarlo.


-No usar eufemismos (es un ángel, se ha marchado...). No es adecuada esta interpretación de que la muerte no es definitiva y, por lo tanto, la considere como una solución a un problema.


-No relacionar la muerte con un sueño («... está durmiendo»), pues puede provocar problemas para dormir.


-Expresar las emociones (pena) delante del menor.


-No alagar el tiempo para dar la noticia.


-No se debe obligar al niño a que acuda al velorio o entierro, pero tampoco debe prohibírsele. De todas formas, es recomendable que se realice con él algún tipo de ceremonia, como acudir a un templo, visitar la tumba, poner flores o encender velas.


-Informar a la escuela del suceso para que los profesores actúen en consecuencia.


-En la vivienda deben dejarse algunas fotografías del fallecido para que el niño no sienta una separación total y pueda recordar a su familiar. Sin embargo, debe evitarse dejar los objetos y pertenencias del fallecido como si este estuviese a punto de regresar.


Señales que indican necesidad de ayuda profesional

-Pérdida de interés por actividades durante un período prolongado.


-Insomnio duradero.


-Pérdida de apetito.


-Miedo de separación.


-Regresión a conductas propias de una edad más temprana. Es cierto que esta manifestación es normal en un principio (enuresis, hablar como un bebé...). Sin embargo, será su persistencia lo que debe preocuparnos.


-Imitar la conducta del ser fallecido (ejemplo suplantación del hermano).


-Expresar el deseo de irse con el fallecido de forma reiterativa.


-Aislamiento, disminución de las interacciones con grupos de iguales.


-Problemas escolares prolongados.


Marckan (1997).


¿Cómo informar a los niños del fallecimiento de seres queridos?

  • Foto del escritor: Eva Rodríguez Renom
    Eva Rodríguez Renom

En su libro sobre la filosofía antigua, Pierre Hadot escribe:


«La sabiduría era un modo de vida que aportaba tranquilidad al alma, libertad interior, consciencia cósmica. La filosofía se presentaba, ante todo, como una terapéutica destinada a curar la angustia».

Desde la filosofía helenística, la Ataraxia es la ausencia de turbación que demuestra una disposición orientada al equilibrio de las emociones gracias al logro de la paz interior. La ataraxia sería el fin último de conseguir una felicidad plena sin perturbaciones exteriores.

En estos días tan extraordinarios que nos ha tocado vivir, cultivemos, en la medida que nos sea posible, la paz del alma (ataraxia).


La paz del alma


  • Foto del escritor: Eva Rodríguez Renom
    Eva Rodríguez Renom

- Deja que se vayan, Lucía —dijo la abuela desde algún lugar.

- ¿Quiénes?

- ¡Las lágrimas! A veces parece que son tantas que sientes que te vas a ahogar en ellas, pero no es así.

- ¿Crees que un día dejarán de salir?

- ¡Claro! —respondió la abuela con una sonrisa dulce—. Las lágrimas no se quedan demasiado tiempo, cumplen con su trabajo y luego siguen su camino.

- ¿Y qué trabajo cumplen?

- ¡Son agua, Lucía! Limpian, aclaran... Como la lluvia. Todo se ve distinto después de la lluvia.


María Fernanda Heredia, La lluvia sabe por qué


La lluvia sabe por qué
Todo se ve distinto después de la lluvia

Suscríbete a nuestro blog

¡Gracias!

  • Youtube
  • Whatsapp
  • Icono negro LinkedIn
  • Instagram

             Psicoterapeutas | Psicoanalistas | Terapeutas integrales

  Psicóloga en Barcelona 

© 2025  Vida Plena |

bottom of page