En su libro sobre la filosofía antigua, Pierre Hadot escribe:
«La sabiduría era un modo de vida que aportaba tranquilidad al alma, libertad interior, consciencia cósmica. La filosofía se presentaba, ante todo, como una terapéutica destinada a curar la angustia».
Desde la filosofía helenística, la Ataraxia es la ausencia de turbación que demuestra una disposición orientada al equilibrio de las emociones gracias al logro de la paz interior. La ataraxia sería el fin último de conseguir una felicidad plena sin perturbaciones exteriores.
En estos días tan extraordinarios que nos ha tocado vivir, cultivemos, en la medida que nos sea posible, la paz del alma (ataraxia).
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