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Terapias combinadas para una Vida Plena
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Cuando empiezas a descuidar la relación de pareja, como a desatenderte, puede conllevar, entre muchos otros aspectos, a que caigas en la deslealtad, en la infidelidad, en la mentira, en el sabotaje, en el abandono y en la traición. No solo con tu pareja, sino contigo mismo.


El amor es un arte. Es tiempo. Es un trabajo conjunto. Es un acto de voluntad. Es una actitud. Es una preocupación activa. Es entrega. Es conocimiento. Es respeto. Es cuidado. Es diferencia... Añade lo que consideres y pregúntate si lo llevas a cabo.

En una relación de pareja has de estar dispuesto a confiar, a resolver aquello que te limita, a sanar lo que te lastima, a identificar qué es lo que repites, a aprender a querer y a dejarte amar.


Descuidar la relación de pareja
Pareja

  • Foto del escritor: Eva Rodríguez Renom
    Eva Rodríguez Renom

Muchas experiencias que han tenido lugar durante la infancia y también en la adolescencia siguen influyendo hoy, si no se revisan, se elaboran y atienden.


Algunos ejemplos de casos (los nombres son ficticios) de personas que acuden a consulta:


Infancia
Las vivencias de la infancia

A los 12 años, Marta tuvo que hacerse cargo de sus hermanas menores. Hoy es una joven que no se permite pedir ayuda, y carga con un peso que la daña constantemente.


Marc creció en una familia que le exigía mucho. Aunque sus calificaciones escolares eran más que buenas, nunca lo felicitaron, le decían que no era suficiente. Llega a consulta con baja autoestima, miedo y estrés ante los exámenes finales de la facultad.


  • María creció en una familia donde la mentira, el ocultamiento y la poca comunicación eran la base de su desarrollo. Hoy es una adulta a quien le cuesta mucho confiar en los demás y decir lo que piensa.

  • Sara fue una niña muy protegida y con casi nula incentivación para la curiosidad. Hoy es una joven con una constante sensación de inseguridad y no se cree capaz de hacer las cosas por sí misma.

  • Carlos vive en casa de sus padres, donde no hay cabida para los afectos. Llega a terapia con mucha dificultad para expresar lo que siente, y mantiene relaciones desconfiadas y distantes.

  • Mireia fue una niña muy simpática, creativa, abierta y con mucho sentido del humor. Su madre se reía de ella, no la aceptaba y constantemente la invalidaba. El motivo de consulta es el miedo a sentirse rechazada, evaluada y juzgada constantemente por los demás.


Aunque no siempre el resultado es igual, pues hablamos de individuos y del caso por caso, lo que sí es cierto es que en la niñez se construyen las bases que edifican la vida adulta.


Por ello es de suma importancia, aunque no haya garantía, la responsabilidad de los padres en el desarrollo de sus hijos. No sólo se trata de las vivencias de la infancia, sino también de las palabras dichas, de las no dichas, de los gestos, de las formas...


El cometido de la autoridad parental no es sólo brindar afecto, sino también dar importancia a los aspectos emocionales, educativos, motivacionales y personales, para evitar caer en ruedas de repetición dañinas, dolorosas e insanas.

En una ruptura de pareja hay un antes y un después en la vida de cada integrante. Por ello es necesario atravesar el duelo, de la misma forma que ocurre tras la pérdida de un ser querido.


El duelo no es un protocolo, no tiene pasos ni tiempos. Se lleva como cada persona puede. Es único, conlleva para cada uno un sabor y un color individuales. A la vez, es un proceso universal que posee características y vivencias parecidas de unas personas a otras.


Algunas claves para superar, poco a poco, una ruptura de pareja, son:

  • Sentir y vivir cada una de las emociones que el duelo trae consigo: tristeza, nostalgia, malestar, ansiedad, ira, miedo, frustración...

  • Elaborar el duelo.

  • Cuestionar la relación.

  • Evitar tomar decisiones precipitadas para huir del malestar actual.

  • Integrar la realidad de la pérdida.

  • Saber desprenderse y soltar lo que ya no es.

  • Aprender a vivir de nuevo.

  • Aceptar, poco a poco, el final y caminar un nuevo comienzo.

  • Alimentar tu alma.

  • Agradecer también lo que no fue.

  • Reconocer que se puede mejorar cuando ciertas personas salieron de tu vida.

  • Transformarse.

El duelo se erige como una oportunidad que brinda experiencia, por lo que debes darte el tiempo necesario para levantar los pies del suelo y sentir que puedes volver a volar.


Confía. Si no puedes solo, pide ayuda. Hacerlo es un acto de valentía y sabiduría.


Y no olvides: la ruptura no deja de ser un poco de tiempo que te brindas y que te proporciona la vida para aprender a amar una vez más.


Pareja
Qué hacer tras una ruptura de pareja


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