top of page
Terapias combinadas para una Vida Plena
Buscar

Educar es una tarea titánica, pero no por ello ha de ser una repetición de los valores transmitidos.

Una de las responsabilidades como adultos educadores es poder trasladar a los más pequeños el valor que tienen de ser únicos.

Frases como: vales mucho; te quiero; llegarás lejos; te apoyo, estoy aquí; te escucho; eres listo; eres grande; eres bello; tú puedes; estoy orgullosa de ti, etc., son sólo algunos disparadores que contrarrestan momentos en los que se pueden sentir inseguros, desconfiados, pequeños, con baja autoestima...


Para poder desarrollar una vida plena los niños deben ser capaces de confiar en sus capacidades.
Crecimiento personal

Para poder desarrollar una vida plena, los niños deben ser capaces de confiar en sus capacidades.

Cuántos adultos llegan a la consulta con pesadas mochilas producto del poco apoyo de sus padres. En ellas resuenan frases que siguen presentes en sus vidas, porque se las repitieron cuando eran pequeños: no preguntes tanto; eres tontito; no puedes; eres feo; estás loquito; eres raro; qué pesado; déjame en paz, no te entiendo; aprende de tu hermano/a; no llores, que no es para tanto; estoy harta de ti; eres malo, etc.


Es una evidencia que a muchas personas les ha faltado ese apoyo en la base de su existencia, y no han sabido encontrar su potencial. Seamos padres o no, hemos de romper la cadena de una trasmisión dañina y preñada de consecuencias nefastas. Sin caer, por supuesto, en tratar a los más pequeños (y los que no son tan pequeños) como florecillas y consentirles todo aquello que deseen.

Una de las tareas más difíciles es educar, y no hay garantía de hacerlo bien. Pero tenemos la responsabilidad ética de intentarlo desde nuestro centro y con madurez, y no desde lo que nos transmitieron e inculcaron nuestros antepasados. Si repetimos, no avanzamos ni reparamos.


Por ello, el primer paso de la educación de los niños empieza por la nuestra, y especialmente en las personas que deciden ser madres y padres sin muchas veces cuestionarse los motivos de esa decisión ni asumir la enorme responsabilidad que conlleva tener hijos.

Cuando empiezas a descuidar la relación de pareja, como a desatenderte, puede conllevar, entre muchos otros aspectos, a que caigas en la deslealtad, en la infidelidad, en la mentira, en el sabotaje, en el abandono y en la traición. No solo con tu pareja, sino contigo mismo.


El amor es un arte. Es tiempo. Es un trabajo conjunto. Es un acto de voluntad. Es una actitud. Es una preocupación activa. Es entrega. Es conocimiento. Es respeto. Es cuidado. Es diferencia... Añade lo que consideres y pregúntate si lo llevas a cabo.

En una relación de pareja has de estar dispuesto a confiar, a resolver aquello que te limita, a sanar lo que te lastima, a identificar qué es lo que repites, a aprender a querer y a dejarte amar.


Descuidar la relación de pareja
Pareja

En una ruptura de pareja hay un antes y un después en la vida de cada integrante. Por ello es necesario atravesar el duelo, de la misma forma que ocurre tras la pérdida de un ser querido.


El duelo no es un protocolo, no tiene pasos ni tiempos. Se lleva como cada persona puede. Es único, conlleva para cada uno un sabor y un color individuales. A la vez, es un proceso universal que posee características y vivencias parecidas de unas personas a otras.


Algunas claves para superar, poco a poco, una ruptura de pareja, son:

  • Sentir y vivir cada una de las emociones que el duelo trae consigo: tristeza, nostalgia, malestar, ansiedad, ira, miedo, frustración...

  • Elaborar el duelo.

  • Cuestionar la relación.

  • Evitar tomar decisiones precipitadas para huir del malestar actual.

  • Integrar la realidad de la pérdida.

  • Saber desprenderse y soltar lo que ya no es.

  • Aprender a vivir de nuevo.

  • Aceptar, poco a poco, el final y caminar un nuevo comienzo.

  • Alimentar tu alma.

  • Agradecer también lo que no fue.

  • Reconocer que se puede mejorar cuando ciertas personas salieron de tu vida.

  • Transformarse.

El duelo se erige como una oportunidad que brinda experiencia, por lo que debes darte el tiempo necesario para levantar los pies del suelo y sentir que puedes volver a volar.


Confía. Si no puedes solo, pide ayuda. Hacerlo es un acto de valentía y sabiduría.


Y no olvides: la ruptura no deja de ser un poco de tiempo que te brindas y que te proporciona la vida para aprender a amar una vez más.


Pareja
Qué hacer tras una ruptura de pareja


Suscríbete a nuestro blog

¡Gracias!

  • Youtube
  • Whatsapp
  • Icono negro LinkedIn
  • Instagram

             Psicoterapeutas | Psicoanalistas | Terapeutas integrales

  Psicóloga en Barcelona 

© 2025  Vida Plena |

bottom of page