La experiencia de meditar
- Eva Rodríguez Renom
- 15 nov 2024
- 2 Min. de lectura
Actualizado: 3 jun
La meditación es muchas cosas, y cuesta poner en palabras todo lo que puede llegar a ser. Meditar es abrirse, sentir, habitar el presente y transitar un camino que, con el tiempo, puede conducir a una transformación profunda.
Meditar es permitirse estar en el aquí y ahora, sin forzar respuestas ni buscar soluciones inmediatas. Es abrir espacio para que emerja lo que tenga que emerger, sin huir ni reprimir.
Es también aprender a relacionarnos de forma más consciente con todo lo que aparece en la mente, que —como el cauce de un río— nunca deja de fluir. La meditación nos invita a detenernos, a recuperar el contacto con nosotros mismos y con lo esencial.
Meditar es una práctica de vida plena. Nos pone frente a nuestra verdadera naturaleza. Nos lleva al descubrimiento honesto de lo que somos más allá de las máscaras. Nos ancla en lo inmediato: lo que sentimos, lo que sucede, lo que somos ahora.

La experiencia de meditar
Haz la prueba: siéntate a meditar y observa cómo estás. Sin juzgar, sin buscar nada. Solo obsérvate y déjate respirar. Cuando inspires, ábrete a la experiencia, a sentir, a recibir. Cuando espires, suelta, vacíate, permite que el aire se lleve lo que ya no necesitas. Inspirar es recibir; espirar es soltar. Ahí está el equilibrio.
La respiración está con nosotros desde que nacemos hasta el final. Nos moldea, nos acompaña, se adapta a nuestro estado interno. Si hay tensión, miedo o exceso de control, la respiración lo reflejará. Obsérvala. Déjate respirar sin intervenir. No la fuerces. Tú eres esa respiración que viene y va, que sube y baja, sin cesar.
En la meditación no se trata de hacerlo bien o mal, sino de que te sientes y te observes. Se trata de que contemples los pensamientos, las emociones que hablan y arrastran, pero sin implicarte ni tampoco que los alimentes. Es dejar que las cosas vengan y dejar que las cosas se vayan.
Cuando te sientes practica el gesto de simplificar. Simplificar nos hace libres. Simplificar para limpiar. Clarificar para que aparezca lo que somos y no lo que tenemos. La simplicidad nos invita a despojarnos de lo accesorio y a descubrir nuestra esencia. Si estamos preocupados por una sola hoja no veremos el árbol.
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