La respuesta no la encontrarás ahà fuera, sino dentro de ti, sea la que sea deja que aparezca y acógela para que sea descubierta.
Sé paciente, compasivo, sé amable con tus penas y heridas, tócalas con amor y compasión.
Deja que se expresen, sin intentar cambiar nada, sin querer controlarlas, vive lo que sientes.
Espera a que el barro se asiente y el agua se aclare.
En ese esperar, en ese no hacer, lo adecuado surge por sà solo.