La felicidad no es un derecho ni un estado permanente, sino un trabajo, una búsqueda aun a sabiendas de que el fruto de esa misma búsqueda es la utopía, es dirigirse hacia un no-lugar con la conciencia de que caminar hacia él puede darnos bienestar.

La felicidad no es un derecho ni un estado permanente, sino un trabajo, una búsqueda aun a sabiendas de que el fruto de esa misma búsqueda es la utopía, es dirigirse hacia un no-lugar con la conciencia de que caminar hacia él puede darnos bienestar.

«El que ama, se hace humilde. Aquellos que aman, por decirlo de alguna manera, renuncian a una parte de su narcisismo». Sigmund Freud
La capacidad de amar y cuidar al otro es un indicio de madurez y fortaleza psíquica.
Amar al otro, entre muchos otros aspectos, conlleva respeto, sin ello no existe el amor.
Amar al otro, no se compone de dos personas iguales, sino de dos individuos que comprenden y respetan sus diferencias.

Cuando escuchamos hablar de renacimiento es común que pensemos automáticamente en un periodo histórico o en ciertas creencias en torno a las vidas después de la vida.
Sin embargo, es más difícil albergar la idea de que podemos experimentar la muerte de algo que hemos sido y renacer de ello... en esta misma existencia.
Renacer consiste en un cambio fuerte a nivel emocional. Consiste en un repensarse, en un renovarse y en un redescubrirse.
Como diría Friedrich Nietzche: Cómo podrías renacer sin antes haber quedado reducido a ceniza.
