¡Ha nacido Vida Plena en YouTube! Desde este momento abrimos una nueva vía de comunicación contigo, para que conozcas más sobre tus procesos emocionales y psicológicos, así como también nuestra oferta de servicios de psicoterapia, psicoanálisis, terapias combinadas, iniciación al Zen, conciencia clara y otros.
Imagen de portada del pódcast 'Vivir es fácil (con los ojos cerrados)', del canal de Vida Plena en YouTube
De momento, en nuestro nuevo canal en YouTube encontrarás vídeos, shorts y un par de pódcasts. El primero de ellos, titulado Vivir es fácil (con los ojos cerrados), te explicaremos cómo funciona tu mente en asuntos relacionados con la pareja, el narcisismo, el dinero, cómo elegir una terapia y muchos otros temas. El otro pódcast se titula Meditación, mindfulness, conciencia clara, y en él trabajamos aspectos derivados del Zen, para que puedas comprender de qué hablamos cuando nos referimos a estar en el instante presente, calmar la mente y observar tus emociones.
El psicoanalista y terapeuta integral de Vida Plena, Fabián Ortiz, se encarga de hacerte llegar estos contenidos, que se irán renovando con una frecuencia semanal. ¡Suscríbete al canal y no te pierdas nada para poder vivir una Vida Plena!
Supongamos que estás triste, pero de pronto lees o escuchas algo que te hace reír.
O supongamos que estás en un atasco de tránsito, impaciente y preocupada porque llegarás tarde a una cita, cuando te llama por teléfono una amiga y de inmediato te alegra.
Son dos ejemplos cotidianos de cambios de humor, de estado anímico.
Date cuenta de que retirar la atención de lo que te hace mal, lo que te daña, y ponerla en otra cosa es suficiente para cambiar tu estado mental.
Observa lo rápido que pueden pasar esas nubes que son los estados mentales.
Se trata de verdaderos destellos de libertad.
Pero no hace falta que tengas una distracción agradable para cambiar tus estados de ánimo. Observar con atención los sentimientos negativos sin juzgarlos ni oponer resistencia es suficiente para que desaparezcan.
¿Qué es la ira? ¿Dónde la sientes? ¿Y la tristeza? ¿En qué lugar del cuerpo la situarías?
Desarrollar una conciencia clara contribuye a que tus estados mentales viajen deprisa, como a menudo lo hacen las nubes.
Las relaciones entre la psicoterapia y el zen vienen de muy antiguo. Hay quienes consideran que la doctrina dictada por el Buda histórico, Siddharta Gautama, supone ya en sí el corpus de una psicoterapia. Sin entrar en razonamientos que pretendan afirmar o cuestionar dicha afirmación, sí puede resultar fructífero establecer consonancias y diferencias entre dos prácticas que, apreciadas en detalle, presentan muchas resonancias en sus propuestas sanadoras.
La psicoterapia y el zen son como un par de hermanos, pero que han decidido coexistir a una cierta distancia.
En la psicoterapia es el terapeuta quien se encarga de desarrollar una relación entre dos, el profesional y la persona que consulta. De dicha relación terapéutica dependerá en gran medida el avance o no del proceso terapéutico.
En el zen, en cambio, la práctica se realiza en silencio. Y se trata de una práctica personal, individual mientras acontece, y por tanto, como experiencia personal en sí, resulta intransferible. En el zen, la palabra sigue a la práctica, y nunca ocurre al revés.
Psicoterapia y zen, hermanos a la distancia
El agente de cambio en la psicoterapia es el terapeuta, quien se encarga de interpretar, de descifrar el relato de la persona consultante, en especial de sus decires inconscientes, aquello que siempre se desliza en el discurso, pero también aquello que se silencia como resistencia.
El zen propone que sea el cuerpo ese agente de cambio. El practicante zen pone en juego su cuerpo, y es a través de ese cuerpo que molesta, que duele, que interpela, que se indaga, se investiga y se averigua qué está aconteciendo en el momento mismo de la práctica. Ese cuerpo que interviene al principio como obstáculo, lenta y progresivamente se irá serenando, se expandirá, hasta convertirse en un aliado para la práctica.
¿Quién dirige la terapia en el zen y en la consulta del psi? En este último caso, la dirección de la cura reposa en la figura del psicoterapeuta. En el zen, sin embargo, queda claro en una sentencia de Dogen Zenji: «Zazen es el maestro». Dicho de otro modo: no hay más maestro que el propio practicante en su encuentro con la postura y la respiración. La dirección en el zen consiste, casi exclusivamente, en hacer posibles las condiciones para que acontezca la práctica. Lo que sigue es puro devenir.