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Terapias combinadas para una Vida Plena
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A partir de este sábado, 9 de marzo, y con una periodicidad mensual, comienza a celebrarse el taller de iniciación a la meditación Zen. Se trata de una propuesta amable, cercana y sencilla con la que abrir las puertas de la práctica meditativa.


Zen significa meditar y za-zen es sentarse a meditar. No es solo meditación, es una manera de estar en el mundo y una forma de vida. El Zen es vivir la experiencia de cada sentada. Es descubrir lo que nos une y nos conecta con nuestra vivencia interior y también lo que nos une y nos conecta con los demás desde otro lugar. De ahí este camino distinto, auténtico, presente.


Este encuentro mensual consistirá en:


— Transmitir nociones básicas sobre el Zen laico en la línea de Karlfried Dürckheim.


— Enseñar la postura de meditación.


— Participar en una meditación Zen grupal.



Está dirigido a:


— Personas que no han meditado nunca y quieren aprender.


— Aquellas que ya meditan pero no conocen la Vía del Zen y desean iniciarse en este camino.


— Personas que conocen el Zen y quieren practicar con nosotras.


El primer taller dará inicio el próximo sábado 9 de marzo, de 11:00 a 13:00, en Presencia Zen (Roger de Llúria, 5, 6º 1ª, Barcelona), y estará a cargo de Eva Rodríguez (fundadora de Vida Plena, psicóloga, psicoterapeuta y autorizada para conducir grupos de za-zen) y Carla Nomen (psicóloga, psicoterapeuta y autorizada para conducir grupos de za-zen).


Inscripciones: info@presenciazen.com — 630 91 55 49 (Carla Nomen).


Aportación voluntaria


Si quieres elegir este camino, contacta con nosotras para reservar tu plaza.


¡Atrévete a vivir la experiencia!


Manos formando un mudra en meditación Zen
Taller de iniciación a la meditación Zen

Una persona vivió durante varios años una fantasía de riqueza, apoyada en la creencia de que era propietaria de un piso (en realidad, lo que tenía era una deuda hipotecaria con un banco), un piso que iba creciendo en su ficticio valor a medida que se inflaba la burbuja de la especulación inmobiliaria. Tras el pinchazo y la trepidante conversión de la aparente riqueza en lacerante carestía, la persona anhela hoy recuperar su antigua situación. Es decir, volver a ser creyente en las supuestas bondades de un sistema capitalista de ficción y sus promesas de una vida mejor más allá de la cancelación de la deuda (o sea, en otra vida).


Una persona reza con las manos juntas
Volver a ser creyente


Dos ganchos entrelazados
La pareja (no) trae la felicidad

Una persona está ocupada y preocupada porque la vida pasa y sigue sin encontrar una pareja que la haga feliz. Un día decide compartir esa vida con otra persona, pero no para tomar de la otra aquello que necesita para vivir mejor, sino para pedirle que sea como él/ella quiere. Con el tiempo, nuestra persona comienza a estar ocupada y preocupada porque cree que la vida pasa y no puede seguir adelante con esa pareja con la que ya no se siente feliz. La pareja (no) trae la felicidad de una manera automática. Cambiar la infelicidad de la soledad por la infelicidad de la pareja es no cambiar nada.

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