top of page
Terapias combinadas para una Vida Plena
Buscar

«En el mundo de los caminos la belleza es ininterrumpida y constantemente cambiante; y a cada paso nos dice: ¡detente!», Milan Kundera


En nuestra sociedad acelerada, cada vez más personas caminan con prisas, perdidas, ansiosas y sobrecargadas de problemas que ellas mismas generan. Su andar refleja desconexión: tanto consigo mismas como con el mundo que las rodea. Los valores culturales actuales promueven esta desconexión, empujándonos a dejar de observar y disfrutar las sutilezas que nos rodean.



El simple acto de caminar consciente

Contemplar la vida mientras caminamos parece sencillo, pero en la práctica rara vez estamos presentes en cada paso. A menudo caminamos con un objetivo que nos distrae de la calma y nos aleja de la experiencia pura del movimiento.


Cada persona posee un andar único y original, pero el ritmo de vida moderno lo ahoga. Hoy vemos personas con pasos rígidos, inseguros o distraídos, sumergidas en pensamientos improductivos o absortas en sus móviles. Esta desconexión dificulta disfrutar del andar contemplativo y del conocimiento que emerge de la simplicidad de caminar con atención.


Nos surgen preguntas inevitables:

  • ¿Hacia dónde vamos con tanta prisa?

  • ¿Somos capaces de permanecer en silencio y observar nuestro entorno?

  • ¿Caminar debe ser siempre un medio para alcanzar un fin?

  • ¿Estamos dispuestos a cultivar un caminar más consciente, saludable y responsable?



El poder de caminar con conciencia

Incluso en medio de la prisa, la incertidumbre y el ruido constante, es posible reconectar con uno mismo. Caminar conscientemente nos permite reinterpretar la existencia más allá de las dificultades cotidianas. Frente a la dicotomía entre escapar de nuestra voz interior o iniciar un camino de renovación, el simple acto de caminar nos ofrece una respuesta: presencia, ligereza, apertura y conexión con el momento presente.


Caminar conscientemente nos invita a:

  • Sentir nuestro cuerpo y nuestras sensaciones físicas.

  • Observar y disfrutar del entorno que nos rodea.

  • Practicar el arte de soltar y dejar ir, un proceso tan sencillo como profundo.


No es solo desplazamiento; es una técnica ancestral de meditación que fortalece la salud física, mental y espiritual. Desde el contacto con la naturaleza hasta la contemplación de una fachada urbana, pasando por el simple placer de escuchar nuestros pasos, caminar nos enseña a estar presentes y a valorar lo cotidiano.



Comienza a caminar la vida

Abrir la puerta cada mañana y dar el primer paso consciente es un acto de libertad y atención. Cada paso posterior depende de ti: tu ritmo, tu mirada y tu disposición para vivir con mayor presencia y plenitud.


Caminar la vida no es solo moverse; es aprender a estar, a sentir y a contemplar, redescubriendo la belleza que nos rodea, paso a paso.



Contemplar la vida al caminar suena y parece fácil, pero cuando caminamos estamos en cualquier lugar, menos en la presencia misma de nuestros pasos.
Caminar la vida: El arte de andar con conciencia


La actriz Mia Goth, en un cartel promocional de la película 'Nymphomaniac', de Lars von Trier
Y tú, ¿cómo te masturbas?

A estas alturas de la vida humana, es menos disruptiva la pregunta sobre cuáles son tus maneras privilegiadas de masturbarte que, por ejemplo, saber cuánto ganas, cuánto ahorras (si es que puedes) o en qué te gastas el dinero. Hay más represión en torno al dinero que en lo que tiene que ver con la sexualidad genital. O en torno a los afectos, que solemos barrer debajo de la alfombra, no sea que tengamos que comprometernos con alguien o con algo. Por lo tanto, ya casi nadie se asusta, se sorprende y mucho menos se escandaliza ante la pregunta «y tú, ¿cómo te masturbas?».


Sin embargo, la pregunta no requiere ya de una respuesta de tu parte, porque todo el mundo, todes, nos masturbamos con el porno como vehículo. Y no se trata de que veas porno mientras te haces una paja, no; eso ya no es siquiera necesario, aunque son millones las personas que se conectan a una página web de pornografía para encontrar la excitación que tal vez les lleve hasta un orgasmo. El porno, querides niñes, está en todas partes: publicidad, videoclips musicales, medios de comunicación, Insta, WhatsApp, Tik Tok o cualquier otra red social o plataforma que utilices aunque sea para consultar cómo cocinar un centollo. Y, lo que es peor, también está en cada una de nosotras, como ideología imperante (y casi siempre inconsciente) y mediatizadora de nuestros actos.


Aunque no estés viendo porno, el porno ya forma parte de ti. Es, por buscar un símil que esté al alcance de la mano, como el teléfono móvil: puede que no seas consciente de dónde está, pero sabes que anda cerca. Y así, aunque no en el bolsillo del pantalón ni en el bolso de mano, el porno te acompaña a todas partes. Porque el porno es una ideología (además de una industria multimillonaria, con todo lo que ello acarrea en cuanto a dejarse por el camino toneladas de derechos de las personas), es omnipresente y nos atraviesa aunque no sepamos que lo hace. Y aquí radica el peor de los problemas que acarrea: que ahí, en nuestro inconsciente, el porno modela, da forma (y deforma), determina nuestras maneras de pensar la sexualidad y establece una única manera de follar. Esta manera es falocéntrica, agresiva y unidireccional: en el centro del placer aparece como destinatario el hombre, que puede ejercer cualquier tipo de violencia contra la otra parte (las mujeres y niñas), y colorín colorado este cuento… no se ha acabado. Ese porno que no ves, que acaso nunca hayas visto, vive en ti. Y es también con ese porno que mantienes en tu interior como un alien, con el que te acabas masturbando.


Tú te crees que eliges, pero el sistema de sexogénero ya ha elegido por ti. Como cuando vas a comprar ropa o zapatos, y resulta que crees que estás escogiendo libremente, pero en realidad sólo puedes quedarte con aquello que te ha sido ofrecido, nunca por fuera de ese marco. Y esa elección opera en tu contra, mujer, y en contra de todes como reproductora de la ideología heteropatriarcal imperante.

  • Foto del escritor: Eva Rodríguez Renom
    Eva Rodríguez Renom

«Ningún poder de la tierra podrá arrancarte lo que has vivido. Lo que hemos sentido, sufrido o amado, permanece en nosotros. Haber sido es también una forma de ser, y quizá la más segura». Viktor E. Frankl


Persona caminando por campo de arroz al amanecer
Tu vida tiene sentido

Tu vida tiene sentido. No porque siempre sea fácil o clara, sino porque cada experiencia, cada dolor, cada alegría, deja una huella que nadie puede borrar. Incluso los momentos más oscuros forman parte de tu historia.


Encontrar sentido requiere coraje. Requiere mirarte a ti mismo sin máscaras, aceptar tus heridas y tus dudas. A veces parece imposible, y eso está bien. No hay atajos. Pero cada instante vivido con conciencia es un ladrillo en la construcción de tu vida.


El sentido no está solo en los grandes logros. Está en lo cotidiano: en cómo decides amar, en cómo afrontas la pérdida, en cómo eliges levantarte después de caer. Está en cómo respiras, observas y te permites sentir. Incluso los silencios y las preguntas sin respuesta tienen algo que enseñarte.


Aprender a vivir es aprender a estar presente. Es aprender a perder la vergüenza que nos limita, a crecer en la sencillez, a mirar a los demás y a la naturaleza con respeto. Es aprender a reconocer tus miedos y a caminar a pesar de ellos. Cada emoción, cada experiencia, cada paso importa.


Viktor Frankl encontró sentido donde parecía imposible. Neurólogo y psiquiatra austriaco, sobrevivió a Auschwitz y Dachau. Su obra, El hombre en busca de sentido, nos recuerda que incluso en el sufrimiento más profundo, la vida puede ser significativa.


Hoy, tu vida también tiene sentido. Puede que no lo veas completo, pero cada elección, cada sentimiento, cada momento que atraviesas te acerca a él. Observa. Siente. Actúa. Reconoce que tu existencia, con todas sus luces y sombras, importa más de lo que imaginas.



Suscríbete a nuestro blog

¡Gracias!

  • Youtube
  • Whatsapp
  • Icono negro LinkedIn
  • Instagram

             Psicoterapeutas | Psicoanalistas | Terapeutas integrales

  Psicóloga en Barcelona 

© 2025  Vida Plena |

bottom of page