top of page
Terapias combinadas para una Vida Plena
Buscar
  • Foto del escritor: Eva Rodríguez Renom
    Eva Rodríguez Renom

Un elemento necesario para la práctica del Zen es el desapego.


Sentarse en silencio es un aprendizaje del desapego.


Desapegarse significa dejar de necesitar, de depender, de vivir con miedo. Significa también desprendernos de todo aquello que no somos y que hemos ido acumulando a lo largo de la vida por imposiciones educativas, culturales y sociales… ¿para qué? Para ser reconocidos y aceptados.


Evidentemente, no es una tarea nada sencilla. Vivir, ya sabemos, no lo es.


Aparecen muchos miedos: a no ser suficientemente inteligentes, exitosos, a no sentirnos amados, a que nos abandonen, a que nos rechacen, a enfermar, a la muerte, etc. Miedos difíciles de erradicar si no se realiza un trabajo personal guiado por un especialista, dado que muchos de esos miedos son inconscientes.


El Zen y la psicoterapia nos ayudan a acceder poco a poco a liberarnos de las cadenas, a hacer conscientes nuestros miedos y a entender, progresiva y paulatinamente, aquellas construcciones que forman nuestro yo. Para ello hemos de ser capaces:

  • De aprender sobre el miedo y no a cómo escapar de él.

  • De aceptar cómo somos.

  • De liberarnos de aquello que no nos sirve, que pesa en nuestras espaldas, para que pueda aparecer el yo verdadero y profundo.

El origen de nuestros miedos está en cómo pensamos; liberarnos del miedo es adquirir la verdadera libertad interior. Por ello, el Zen nos ejercita en situarnos en el silencio del momento presente: el camino hacia el verdadero desapego.


¿Cómo hacerlo? Cuando llegue un pensamiento o una emoción, dejarlos pasar, no procurarles alimento, sino solo observar al igual que las olas que llegan a la orilla y luego se retiran. Sin caer, por supuesto, en la trampa de que no debemos pensar. El pensamiento usado correctamente es una herramienta hacia nuestra libertad.


Ser capaces de detener nuestros pensamientos es liberarnos de los miedos que nos impiden nuestra liberación.


Práctica del Zen
El desapego





  • Foto del escritor: Eva Rodríguez Renom
    Eva Rodríguez Renom

– Pero, ¿tú me amas? – Preguntó Alicia.


– ¡No, no te amo! – Respondió el Conejo Blanco.


Alicia arrugó la frente y comenzó a frotarse las manos, como hacía siempre cuando se sentía herida.


– ¿Lo ves? – Dijo el Conejo Blanco.


Ahora te estarás preguntando qué has hecho mal, para que no consiga quererte al menos un poco, qué te hace tan imperfecta, fragmentada.


Es por eso que no puedo amarte.


Porque habrá días en los cuales estaré cansado, enojado, con la cabeza en las nubes y te lastimaré.


Cada día pisoteamos los sentimientos por aburrimiento, descuidos e incomprensiones.

Pero si no te amas al menos un poco, si no creas una coraza de pura alegría alrededor de tu corazón, mis débiles dardos se harán letales y te destruirán.


La primera vez que te vi hice un pacto conmigo mismo: «evitaré amarte hasta que no hayas aprendido a amarte a ti misma ».


Por eso Alicia no, no te amo.


Extracto del libro Alicia en el país de las maravillas, Lewis Carroll.


*******************


Desde la psicología, el amor propio se ha conceptualizado científicamente como autoestima. Hace referencia a la valoración o estima que una persona tiene de sí misma.


El amor propio nos protege de no sentirnos lastimados ante cualquier situación.


Cuando nos gustamos más, cuando nuestra opinión sobre nosotros mismos aumenta, dejamos de intentar la validación y la atención de otras personas. El amor propio nos avisa cuando es momento de retirarnos de una relación. Nos enseña a poner límites cada vez que sea necesario. Nos responsabiliza de aquello que concierne a nosotros y dejamos la responsabilidad al otro cuando le corresponda. Y además, entre otros muchos aspectos, genera empatía, aceptación y comprensión hacia nuestra persona y por ende hacia los demás.


Poder recuperar la estabilidad emocional, aumentar la autoestima, amar y dejarse amar son algunos de los objetivos en terapia y la base para tu bienestar.


Amor propio
Amor propio

En estos tiempos de modernidad líquida muchas personas se han convertido en expertas en manipular las apariencias y han aprendido a mentir fácilmente. Esto no afecta sólo al aspecto físico, sino también a lo que se suele presentar como una necesidad de aprobación externa.


La virtualidad de los vínculos, en especial en lo referente al mal uso de las redes sociales, hace que éstos estén cada vez más tintados de un exagerado énfasis en lo bueno, a fin de recibir más elogios; filtros y filtros para venderse mejor; una marcada confusión en creer que la imagen es lo que más importa, etc. Resultado: dinámicas insanas, relaciones falsas y una creciente inseguridad.


Si quieres liberarte de las apariencias y de necesidad de aprobación externa tienes que comprometerte a hacer un trabajo contigo mismo, que valga la pena. Es una tarea difícil, pero posible. Lo que está claro es que nunca vas a controlar el veredicto que te atribuyen los demás. Y no siempre a los otros les importas tanto como piensas.

Si tratas de sostener una vida significativa con la aprobación externa, el qué dirán, la apariencia física y la acumulación de cosas materiales, lanzarás el ancla para convertirte así en otro esclavo robotizado y convertirás tu vida en carente de sentido, vacía.


Se trata de buscar aquello que te sostiene. Se trata, además, de trabajar para soltar, para liberarte del cautiverio y propiciar una vida más auténtica y conforme con tu ser.


La psicoterapia y la práctica del zen son algunas de las puertas que abren este camino.


Algunas preguntas que sirven para ir pensando estas cuestiones:

¿Cuáles son las fuentes de tu bienestar?

¿Cómo utilizas las opiniones de los otros?

¿Qué te ocurre a nivel emocional?

¿Qué estás llenando con esa aprobación?

¿Qué buscas cuando cuelgas una foto?

¿Cuál es tu motor interno?


Una vida significativa se deriva de responder a estas cuestiones, y las que quieras añadir. Para ello debes abrir otras puertas. Algunas estarán escondidas, otras aparecerán sutilmente. Aún otras puertas te llevarán más allá de lo que inicialmente pensabas o ni tan siquiera te habías imaginado.


Para ello has de trabajar y poner el foco en lo que te acontece, sin excusas ni adornos, como también en:

Que seas capaz de saborear la sencillez.

Que rompas el sistema de creencias limitantes y sufrientes.

Que alabes la simpleza del momento presente.

Que pares y te observes.

Que vacíes de contenido aquello que te enferma.

Que camines a través de la experiencia.

Que sientas que te equivocas y que aprendes de ello.

Que te quieras y te aceptes.

Que trabajes en no controlar lo impredecible.

Que conectes con las fuentes de tu bienestar.

Que intentes tomar tus propias decisiones.

Que necesites menos para poder disfrutar más.

Que trates de buscar tu sustento.

Que pongas el ancla en algo firme, que valga la pena.


Y que des cabida a tu motor interno, lo que te importa en esta vida, y no en las apariencias y en esa dañina aprobación externa.

¿Qué muestras en las redes sociales?
¿Qué muestras en las redes sociales?

Suscríbete a nuestro blog

¡Gracias!

  • Youtube
  • Whatsapp
  • Icono negro LinkedIn
  • Instagram

             Psicoterapeutas | Psicoanalistas | Terapeutas integrales

  Psicóloga en Barcelona 

© 2025  Vida Plena |

bottom of page