Aprende a soltar todo aquello que te sobra para que pueda entrar lo nuevo.
Es cierto que saber soltar no es una tarea fácil, pero también es cierto, que a menudo nos apegamos a un sinfín de cosas, personas, pensamientos, recuerdos, emociones y un largo etcétera que ocupan demasiado espacio.
Soltar supone un crecimiento personal, supone un dejar ir, supone una descarga de un peso que no te pertenece.
Para que la novedad aparezca, hay que dejarle sitio, tal y como la definen los antiguos chinos, la disponibilidad de un individuo a la noción de vacío. El vacío no es una ausencia. Es hacer sitio. Hay que saber soltar cosas que, relacionadas con un período anterior, tuvieron su necesidad, pero que, mirando al futuro, son una molestia: un exceso de «lleno».
La vida es una constante toma de decisiones. Las razones por las cuales a ciertas personas les cuesta tomar decisiones son varias. Algunas de ellas pueden ser:
piensan que se van a equivocar;
no confían en sí mismas;
están más pendientes de la opinión y la aprobación de los demás que de la suya;
tienen problemas para asumir responsabilidades;
buscan primero estar bien seguras de la decisión que van a tomar;
no tienen claros sus objetivos o lo que quieren lograr.
La orientación profesional puede ser de gran ayuda cuando el proceso parece demasiado complejo para abordarlo a solas.
¿Te cuesta tomar decisiones?
Cuando pedimos ayuda profesional empezamos a ser parte activa de aquello que nos ocupa y preocupa y, cómo no, fortalecemos la seguridad y la confianza en nosotros mismos.
Aprendemos, además, a reconocer nuestras propias limitaciones, dificultades e inseguridades; a ser conscientes de aquellas creencias que nos dificultan el crecimiento; a aceptar los errores como parte natural del proceso y, entre otros aspectos, a relativizar.