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Un hombre mira el teléfono móvil de una mujer mientras ella duerme
«Me quiere mucho, es su manera de amarme»

Una persona mantiene una relación amorosa con otra, de la que se queja amargamente porque la hace víctima de unos celos enfermizos. «Es así porque me quiere mucho, es su manera de amarme», la justifica. Henri-Pierre Cami escribió su Historia del joven celoso acerca de aquel que, preocupado porque los ojos de su amada miraban a todo el mundo, porque con sus manos podía hacer gestos de invitación y seducirlos, porque podía hablar con otros y sonreírles, porque podía marcharse de su lado, le arrancó los ojos, le cortó las manos y la lengua, la dejó sin dientes y, por fin, le cortó las piernas. «De este modo —se dijo— estaré más tranquilo». Y entonces dejó de vigilar de manera enfermiza a la joven amada, porque así, en su lamentable estado, ya nadie la desearía. Hasta que un día volvió a casa y no la encontró: había desaparecido, secuestrada por un exhibidor de fenómenos de circo.

  • Foto del escritorFabián Ortiz

Este 8 de marzo despierta en un mundo aun más radicalizado en muchos aspectos. Radical es un vocablo que ha sido demonizado durante muchas décadas, considerado casi como equivalente de «terrorista» o «peligroso». Se ha radicalizado la derecha política hasta niveles que recuerdan el surgimiento del nacionalsocialismo hace ahora un siglo. Y, en justa respuesta, quienes han salido radicalizadas a ganar las calles y luchar por justicia han sido las mujeres. Mujeres radicalizadas, es decir, bien plantadas sobre sus raíces para pelear contra unas sociedades que insisten en invisibilizarlas, maltratarlas, violarlas y matarlas.


Un huevo roto con unas tenazas
Siempre es momento de romper los huevos

Los progresivos cambios en el proceso de emancipación de las mujeres han sorprendido al mundo macho, que las observa desde una posición de inseguridad, de desventaja. Se lamentan, los machirulos, por la pérdida de unos privilegios que no consideran como tales, sino como derechos legítimamente adquiridos. No conocen la historia, o aun cuando la conocen se niegan a aceptar la verdad de los hechos. Como que, por ejemplo, la categorización como inferiores de las mujeres data de la época de Aristóteles (384–322 a.C.) y no parece que los poderosos señoros estén dispuestos a revisarla.


El mundo será feminista o no será. Sólo hay que mirar detenidamente el creciente deterioro del planeta como ecosistema, tras la gestión que los hombres han desarrollado durante milenios. Guerras, destrucción, superpoblación, explotación, esclavismo, hambrunas, pandemias y una larga retahíla de otras desgracias y catástrofes se derivan de la manera masculina de ejercer el poder. Es el momento de un cambio. Radical. O sea, desde las raíces. Y este cambio será el que protagonicen las mujeres desde ese poder que de manera omnímoda han ejercido y todavía ejercen de forma aplastante y mayoritaria los hombres.


Ser feministas hoy no es una opción, sino un imperativo, una obligación ética y moral. Ser feministas no es sólo estar a favor de las reivindicaciones de las mujeres, sino también un posicionamiento en contra de la desigualdad, el ocultamiento y la opresión. Por eso en Vida Plena somos feministas. Hoy, 8 de marzo, mañana y siempre.

A partir de este sábado, 9 de marzo, y con una periodicidad mensual, comienza a celebrarse el taller de iniciación a la meditación Zen. Se trata de una propuesta amable, cercana y sencilla con la que abrir las puertas de la práctica meditativa.


Zen significa meditar y za-zen es sentarse a meditar. No es solo meditación, es una manera de estar en el mundo y una forma de vida. El Zen es vivir la experiencia de cada sentada. Es descubrir lo que nos une y nos conecta con nuestra vivencia interior y también lo que nos une y nos conecta con los demás desde otro lugar. De ahí este camino distinto, auténtico, presente.


Este encuentro mensual consistirá en:


— Transmitir nociones básicas sobre el Zen laico en la línea de Karlfried Dürckheim.


— Enseñar la postura de meditación.


— Participar en una meditación Zen grupal.



Está dirigido a:


— Personas que no han meditado nunca y quieren aprender.


— Aquellas que ya meditan pero no conocen la Vía del Zen y desean iniciarse en este camino.


— Personas que conocen el Zen y quieren practicar con nosotras.


El primer taller dará inicio el próximo sábado 9 de marzo, de 11:00 a 13:00, en Presencia Zen (Roger de Llúria, 5, 6º 1ª, Barcelona), y estará a cargo de Eva Rodríguez (fundadora de Vida Plena, psicóloga, psicoterapeuta y autorizada para conducir grupos de za-zen) y Carla Nomen (psicóloga, psicoterapeuta y autorizada para conducir grupos de za-zen).


Inscripciones: info@presenciazen.com — 630 91 55 49 (Carla Nomen).


Aportación voluntaria


Si quieres elegir este camino, contacta con nosotras para reservar tu plaza.


¡Atrévete a vivir la experiencia!


Manos formando un mudra en meditación Zen
Taller de iniciación a la meditación Zen

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