Practicar za-zen es vivir la experiencia. Za significa sentarse y Zen meditación, concentración. Si se ejercita diariamente es muy eficaz para liberar al espíritu de las cadenas repetitivas de nuestro ego y para el desarrollo de la intuición.
Zen es muy simple y a la vez muy difícil de comprender y practicar. Sólo es necesario sentarse y experimentar, estar en el aquí y ahora. Estar presentes en nuestro cuerpo y espíritu, el cuerpo para asentarnos y arraigarnos en la Tierra, proyectados en vertical hacia el Cielo, mientras el espíritu se acalla y nos permite estar en nuestro centro. Se requiere práctica, práctica y práctica. No hay nada que obtener, no hay nada que buscar. Es estar presente en cada cosa que realizamos: cerrar una puerta, colocar un objeto, comer, conducir, caminar, escuchar, hablar, estar de pie, estar tumbado, sentado...
Aquí y ahora es estar en lo que hacemos. Cuando tenemos que pensar, pensamos, pero desde el momento presente. Podemos planear, por supuesto, como también escribir pensando en el pasado, pero hemos de estar presentes enteramente en lo que hacemos.
La vida actual está repleta de ruidos. El Zen es una vía de regreso al silencio. A partir del silencio, y desde ahí, hablar. A partir de ahí, ser capaces de transmitir la palabra justa.
Prueba a estar en silencio. No es fácil y requiere de práctica. Estar en silencio, en calma y quietud mental, ayuda a que tanto la soledad como los pensamientos limitantes se desvanezcan. Estar en silencio y en quietud es una de las acciones más potentes que podemos hacer. Atrévete a experimentarlo.
Practicar za-zen es una actitud. Es vivir, estar y ser en cada instante de la vida cotidiana.