top of page
Terapias combinadas para una Vida Plena
Buscar

En estos momentos tan complejos que nos ha tocado vivir, extensible, antes del COVID y sobre todo para cultivarlo, hay personas que por su gravedad no pueden comunicarse, y con mayor motivo necesitan una presencia humana a su lado. Acompañar a los enfermos consiste en estar junto a ellos, muchas veces en silencio y tiene, sin duda, interesantes efectos calmantes.


El psicoanalista W. R. Bion utiliza una hermosa expresión para calificar este tipo de acompañamiento, «ensoñación maternante». .../... «Muchas personas que he encontrado sentadas a la cabecera de los enfermos terminales se sienten inútiles e incómodas en su situación: tener que estar allí sin poder hacer nada. Algunos cuidadores, no obstante, han comprendido que esto también cura».



Cuidar y acompañar
Presencia humana

El paso del tiempo no supone decaer. Puede ser también una oportunidad de crecimiento y mejora personal, la posibilidad de vivir una nueva etapa de la vida, un paisaje distinto en el que siempre hay algo nuevo que aprender.

La alegría de la vejez
El paso del tiempo

«No se improvisa un viejo: se va haciendo. Desde el niño, desde el joven, desde el adulto. La vejez tiene dentro todas esas edades. ¿Cómo va a estar sola si la acompañan la curiosidad, la sorpresa y la admiración que formaron su infancia; el entusiasmo, la generosidad y el ímpetu que formaron su juventud; la reflexión, la ponderación y la serenidad que formaron su madurez? La soledad del viejo es el producto de las anteriores. Si se ha combatido frente a ellas dando paso al pesar y a la gloria del mundo, a su depredación y a su enriquecimiento, la soledad final no se producirá. Y para ello no hay que mirar atrás con insistencia; no hay que empeñarse en que este sentimiento, esta mano, este mediodía hubiesen sido más hermosos hace veinte o cuarenta años: la vida es hoy; lo anterior fue un modo, bueno o malo, de llegar hasta aquí».


Antonio Gala


La lentitud tanto en nuestro pensamiento como en nuestras acciones es una forma precisa, efectiva y eficiente de encarar la vida. Pierre Sansot dice que a sus ojos la lentitud era sinónimo de ternura, de respeto, de la gracia de la que las personas y los elementos a veces son capaces. Se trata de una elección vital. Aprovechemos en vagar, escuchar, aprender a aburrirnos, soñar, saber esperar, escribir sin prisas, disfrutar de la comida, de acoger el mundo y de no olvidarnos de nosotros mismos. Apreciar la vida. En palabras de él:

«Pienso que vivir, constituye en lo que a mí respecta una oportunidad que no me será concedida una segunda vez... porque valoro a cada momento la suerte que tengo de estar vivo... la vida misma como ondulación, como despliegue, la vida en pequeñas gotas más que como un río impetuoso... una luz más que una fuerza».


«Desde hace algunos años práctico a mi manera el arte de lo poco. Trato de transformar la pasividad en acción. Camino menos, pero miro mejor. A falta de actuar, pienso. Ya no doy brincos con las piernas, sino con la mirada. Me gustaría transformar los déficits en cualidades; al dejar de ser actor, convertirme en un espectador privilegiado».


Pierre Sansot, Del buen uso de la lentitud


Del buen uso de la lentitud
La lentitud


Suscríbete a nuestro blog

¡Gracias!

  • Youtube
  • Whatsapp
  • Icono negro LinkedIn
  • Instagram

             Psicoterapeutas | Psicoanalistas | Terapeutas integrales

  Psicóloga en Barcelona 

© 2025  Vida Plena |

bottom of page